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oda la
vida de la Iglesia gira en torno al Sacrificio Eucarístico y a los siete
sacramentos, instituidos por Cristo. Como nos dice el Catecismo de la Iglesia
Católica «son obras maestras de Dios, que brotan del cuerpo de Cristo» hay en
la iglesia siete sacramentos: Bautismo, Confirmación, Penitencia, Eucaristía, Unción
de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. Los sacramentos son signos
sensibles de la gracia de Cristo.
Estos siete sacramentos acompañan al cristiano a lo largo de toda la vida y
especialmente en los momentos más importantes, desde los primeros momentos de
su vida lo hacen pertenecer a la gran familia de la Iglesia, lo acompañan en su
crecimiento, lo alimentan en su vida de gracia, lo reaniman en sus momentos
difíciles, ayudándolo en su desarrollo hasta el momento de su encuentro
definitivo con Cristo.
Los
siete sacramentos están divididos de acuerdo con la etapa de vida del cristiano: El bautismo, la
confirmación, y la eucaristía son los sacramentos
de la iniciación cristiana, con los cuales se ponen los cimientos de la vida
del Cristiano, mediante el Bautismo llegamos a ser incorporados a la Iglesia ser
hijos de Dios; gracias a la Confirmación recibimos en plenitud la gracia
bautismal, nos une con el cuerpo de Cristo que es la Iglesia y nos fortalece
con la gracia del Espíritu Santo; con el sacramento de la Eucaristía nos
alimentamos del cuerpo y la sangre de Cristo, es fuente y culmen de toda
nuestra vida cristiana.
La
Penitencia y la Unción de los Enfermos pertenecen al grupo de los sacramentos
de curación, con los cuales el Espíritu Santo continúa su obra de curación y
salvación; el sacramento de la Penitencia nos da el perdón de nuestros pecados
y nos reconciliamos con nuestra Madre y Maestra que es la Iglesia; con la Unción
de los Enfermos, la Iglesia encomienda a
los enfermos a Dios para que los conforte, anime, perdone y los salve, a la vez
los anima a unir su sufrimiento al sufrimiento de Cristo en la cruz.
El
Orden Sacerdotal y el Matrimonio son sacramentos al servicio de la comunidad,
propiamente contribuyen a la santificación personal, pero se ejerce mediante el
servicio a los demás. El Orden Sacerdotal, confiere un don del Espíritu Santo
que permite ejercer un poder sagrado; la alianza matrimonial constituye un
consorcio de toda la vida ordenado a la felicidad de los cónyuges, la
generación de la vida y la educación de los hijos.
Los
sacramentos nos acercan a Dios, son una gracia instituida por el mismo Cristo,
que de él nacen cuando está crucificado en la cruz y es traspasado su corazón misericordioso.
Por su infinito amor nos da los sacramentos para acercarnos más a ese corazón y
desde ya nos hace participes del Reino, en cada vez que vivimos con fe y
devoción cada uno de estos sagrados momentos.
Olivert Samuel Barahona Aguilar
2° de Filosofía
2° de Filosofía
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