¿QUÉ ES LA CUARESMA?

¿QUÉ ES LA CUARESMA?

Cuaresma, su significado
            La Cuaresma es el tiempo litúrgico con el que la Iglesia nos invita a prepararnos a la gran fiesta de la Pascua del Señor. Empieza el Miércoles de Ceniza y concluye el Jueves Santo por la tarde, antes de la Misa Vespertina de la Cena del Señor, con la que se inaugura el Triduo Pascual. El Triduo Pascual son días en que la liturgia de la Iglesia nos invita a contemplar profusamente el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Es un tiempo privilegiado de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual y de preparación al Misterio Pascual.
            La palabra «cuaresma» viene del latín «quadragesima dies» (el día cuadragésimo antes de Pascua). Como su mismo nombre nos indica, la duración de la Cuaresma está basada en el simbolismo bíblico del número «cuarenta». En la Sagrada Escritura se habla de los cuarenta días del diluvio (Gn 7,12), de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto (Jos 5,6), de los cuarenta días de Moisés (Ex 34, 28) y de Elías en la montaña (1 Rey 19, 8), de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública (Lucas 4,2)… En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material; seguido de ceros, significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
            Las características ambientales y celebrativas de la Cuaresma podríamos resumirlas en las siguientes: el color morado de los ornamentos litúrgicos, que significa luto y penitencia (excepto el cuarto domingo, «Laetare» (alegría) en que puede usarse el color rosa); la ausencia del «Gloria» y el «Aleluya»; la austeridad en el ornato del espacio celebrativo, sin flores ni música instrumental; el ejercicio del Vía Crucis; la celebración del sacramento de la Reconciliación como preparación inmediata a la Pascua; ejercicios espirituales o tiempos de reflexión que ayuden a prepararse ante los misterios del Señor, etc.

Cuaresma, catecumenado y sacramentos de iniciación
            La cuaresma es un tiempo privilegiado para los catecúmenos o adultos que acceden a los sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, confirmación, eucaristía). La primera comunidad cristiana vivía su compromiso cristiano de forma muy radical. Para ellos el haber descubierto a Jesucristo era algo tan importante y fundamental que sus vidas habían cambiado para siempre. Comprendían que no era fácil seguir a Jesús. Ellos, no vivían conformes a la sociedad de su tiempo (judíos, imperio romano, etc.), por ello eran muy rigurosos a la hora de admitir nuevos miembros. Existía un largo proceso que duraba cerca de tres años en los cuales los que querían entrar en la comunidad pasaban por una serie de etapas: aprendían los valores con que tenían que vivir; recibían una enseñanza de las verdades en las que la comunidad vivía; iban ejercitándose en un compromiso. Al final recibían en la noche de Pascua, de manera solemne y colectiva, el sacramento del Bautismo.
            En la medida que avanzaban los años, fueron admitiendo a más personas en sus comunidades. La decisión de entrar era radical, pero reconocían que uno en la vida puede fallar y apartarse del camino de Jesús. Por eso, para los miembros de la comunidad que fallaban o se separaban de la misma, se les daba la posibilidad de repetir esa etapa de preparación. Así, los pecadores hacían penitencia para ser reconciliados el Jueves Santo y volver a la comunidad.
            El eco de estos sacramentos marca también nuestra Cuaresma: es tiempo para reconciliarnos con Dios, y es tiempo de renovar nuestro bautismo en la Vigilia Pascual. La Cuaresma quiere recordarnos la radical entrega que supone el seguir a Jesús; lo difícil –por no decir imposible- que es hacerlo sin su gracia.
            Por ello, la Cuaresma es un tiempo para rehacer nuestro camino y volver a configurarnos con Cristo. Es una segunda oportunidad que se nos regala para «volver a bautizarnos», es decir, para morir al «hombre viejo» y nacer al «hombre nuevo». Eso lo vivimos cada año en la Pascua. Ahí resucita Cristo y nosotros con Él.
        La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo. ¿Cómo? Orando, escuchando la Palabra de Dios, compartiendo con el prójimo, especialmente con los más necesitados, en fin, haciendo obras buenas de toda clase. Estas actitudes cristianas nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por nuestros pecados, nos alejamos cada vez más de Dios. Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. En la Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Como consecuencia, aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría, para alcanzar la gloria de la resurrección.

Seminarista Rony Ramos
1° de Filosofia

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